viernes, 31 de agosto de 2012

Capítulo 16



Lunes, 20 de julio. Año 69 después de los Días Oscuros

“Debido a las obras que se van a llevar a cabo en el centro del Capitolio, nos hemos visto obligados a reajustar los presupuestos destinados a la manutención de algunos Distritos. La entrada de productos manufacturados se verá restringida hasta nuevo aviso. La relación de Distritos afectados es la siguiente:

·         Distrito 7: se controlará la entrada de textiles, grano, productos cárnicos, vegetales y combustible
·         Distrito 8: la entrada de maderas, grano, alimentos de origen natural y vegetal, y combustibles será limitada
·         Distrito 9: limitaciones en la importación de maderas, textiles, carnes y vegetales
·         Distrito 10: reducción de los intercambios con maderas, tejidos, grano y productos agrícolas, y carbón.
·         Distrito 11: no se permite el consumo de maderas, textiles, carnes no procedentes del Distrito, o combustibles
·         Distrito 12: prohibida la entrada, venta o intercambio de productos madereros, textiles, carnes y productos agroalimentarios.
Los agentes de la paz destinados en cada Distrito se encargarán de realizar un control exhaustivo sobre todo elemento sospechoso. Las vías de comunicación permanecerán cerradas temporalmente, y las alambradas que delimitan las poblaciones tendrán un extra de vigilancia”.

Las palabras del Presidente Snow retumban en cada resquicio de mi mente. ¿Pequeños cambios? ¡El Distrito 12 está prácticamente condenado a una supervivencia extrema! De por sí, las manufacturas que recibíamos de otros Distritos dedicados a otras actividades llegaban a cuentagotas… no sé cómo va a terminar esto.
Se suma el agravante de que el 12 no produce ningún tipo de alimentos. Sí que es cierto que hay cabras que pueden proporcionar leche y carne, o gallinas que también pueden dar algo de juego, pero ni por asomo van a ser suficientes para toda la población del Distrito. Los distritos dedicados a ganadería, agricultura o grano lo tienen más fácil…
Por no hablar del extra de vigilancia. ¿Cómo se supone que vamos a salir a cazar furtivamente? ¿Qué pasará en el Quemador?
¿Y por qué solo los Distritos periféricos se ven afectados? Es una locura. Todo esto es solo para favorecen que los ciudadanos del Capitolio se hagan un poco más ricos de lo que ya son.

Con la noticia de anoche el Distrito 12 ha amanecido silencioso, con aire de desolación, desesperanza, sin fuerza. Al salir a la calle he visto cómo todo el mundo se dirigía apresuradamente al Edificio de Justicia para recibir los pocos recursos que quedaban por repartir. El último cargamento de provisiones que recibiremos en un tiempo indefinido.

La rabia se ha apoderado de mí, y un par de lágrimas han rodado por mis mejillas.

Mi madre, ataviada con su elegante vestido blanco y un bonito sombrero, ha agarrado mi mano cariñosamente, y no me la ha soltado hasta que hemos llegado al tumulto que se estaba organizando en la plaza. El Edificio de Justicia se ve a lo lejos, entre las cabezas de los desconcertados ciudadanos. Se ha mordido el labio, y nos ha mirado a Prim y a mí.

- Escuchadme, - parece dudar de lo que va a decir a continuación, pero continúa – tenéis que llegar hasta las puertas y dar nuestros datos. Os darán un vale para intercambiarlo por provisiones. Yo os esperaré en el lateral del Edificio, donde se reparten los alimentos.

La pequeña Prim parece asustada, y yo me siento abrumada, pero sé que debemos hacerlo si queremos sobrevivir. Asiento con determinación y tomo la mano de mi hermana.

No es fácil hacerse paso entre la gente, pero nuestro tamaño hace que sea un poco más sencillo.
Nunca pensé que la plaza del Distrito pudiera ser tan grande. Mientras atravieso los huecos entre centenares de personas, voy dejando atrás los gritos desesperados, los empujones y pisotones, a la vez que me cercioro de que Prim no me suelta. Después de diez minutos hemos conseguido llegar hasta las grandes puertas de madera barnizada. Un enorme agente de la paz nos ha mirado, suspicaz, y nos ha preguntado:

- ¿Y vuestros padres?

- Mi padre está en las minas trabajando – contesto, acalorada – y mi madre… está atendiendo a gente en la botica.

Lo suelto todo de un tirón y sin pararme a pensarlo mucho. Nunca se me ha dado bien mentir, así que he dicho lo primero que se me ha ocurrido. La familia de mi madre tenía una botica en el barrio de comerciantes, así que no me ha parecido tan descabellado.

El agente frunce el ceño, pero no parece querer perder el tiempo con dos niñas pequeñas, así que nos pregunta:

- ¿Apellido?

- Everdeen, señor.

- ¿Cuántos sois en la familia? – musita mientras apunta en su libreta.

- Cuatro. Mis padres, mi hermana y yo. – sigue escribiendo.

- ¿En qué zona vivís? – nos mira con algo de confusión. Es normal; yo tengo el característico aspecto de La Veta, pero mi hermana, con su pelo rubio y sus ojos azules, parece venir de la familia de comerciantes que era mi madre.

- De La Veta, señor. – asiente, y escribe las últimas palabras.

- Muy bien. Pasad por el lateral del Edificio de Justicia para recoger vuestra atribución. – dice mientras arranca la hoja de la libreta en la que ha estado apuntándolo todo, y me la tiende.

Sin pensármelo dos veces, tiro de Prim y salimos corriendo hacia donde hemos quedado con mi madre. En cuanto nos ve, me lanza una mirada interrogante, y agito el papel en el aire. Veo cómo suspira aliviada.
Hacemos una desordenada cola de media hora, y nos llevamos a casa un paquete de grano de tres kilos, un par de bidones de aceite vegetal y un pequeño bote de conserva de carne de cerdo. Si lo distribuimos bien quizá logremos salir adelante sin demasiado sufrimiento.

Hemos hecho una comida ligera con algo del guiso de pavo que sobró de ayer. A las siete mi madre ha empezado a improvisar algo para la cena, y mi padre ha llegado de las minas.

Por la noche, Caesar Flickerman ha anunciado por la televisión que mañana tendrá lugar la esperada primera entrevista con la vencedora de los Juegos, Silk Caudin. He escuchado el anuncio como algo lejano, ajeno a mí. Su voz ha sonado hueca en mi cabeza.
Ahora solo me preocupa cómo vamos a vivir hasta que en el Capitolio decidan cómo hacernos sufrir un poco más.

9 comentarios:

  1. Me encanta! Echaba de menos tus relatos Kationak!
    Me gusta mucho el icono que le as puesto al ratón ¿como se hace?
    Bss
    P.D: He renovado en Wonderland!

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    1. hola Ninaaa! cuánto tiempo sin noticias tuyas!
      jaja pues el sinsajo del ratón lleva desde el principio de los tiempos, creo que fue lo primero que hice con el blog! xD
      mira, métete en esta página: www.cursors-4u.com
      hay montones de iconos!!! :D

      ahora me paso por Wonderland! un besoooo :)

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    2. Ops, es quue voy perdiendo la cabeza!
      Mil grACIAS!

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  2. Genial Kationak! Te echaba de menos; y a tus capítulos.

    Genial el capi, sigue así :)

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    1. Muchisimas gravias! ^^ me encanta ver que sigues pasandote por aqui!
      Un beso :)

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  3. Que bueno Kationak, siento no haber comentado antes, ando muy liada :) Bueno espero el siguiente, ya lo sabes ;)

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    1. Andreaaa! No te preocupes en absoluto! Yo también estoy que no paro, y también tengo que pasarme por tu bloooog!!! ;)
      Un besooo

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  4. holaaaa muy bueno el capitulo... muy interssantes esos detalles de la vida de katniss de niña... me encanta como lo relatas... y como katniss siempre esta cuidando a prim... precioso

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    1. Gracias, gracias, gracias Luciana! Me encanta leer tus comentarios! :D

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